Anatomía y fisiología del cuerpo humano

Libro de anatomía y fisiología de un cuerpo humano
Nuestras células son las que realizan todas las funciones del organismo y las que crean todas sus estructuras.

Todas las células de nuestro cuerpo necesitan vivir rodeadas de líquido para poder llevar a cabo sus funciones. A este líquido se le llama medio interno. Este medio interno no solo ha de nutrir las células sino permitir que se comuniquen, defenderlas, eliminar desechos, etc. La mayor parte de este medio interno se mueve lentamente entre las células; el llamado líquido tisular. Otra parte se mueve (circula) a mucha mayor velocidad. A este líquido circulante se le denomina sangre y el conjunto de órganos que consiguen este movimiento es el sistema circulatorio (su nombre se debe a que el líquido realiza siempre el mismo recorrido) o sistema cardiovascular (nombre debido a que está implicado el corazón y los vasos sanguíneos). Hay otros líquidos internos a parte del líquido tisular y la sangre. El más relevante es la linfa.

El líquido tisular se mueve alrededor de las células, aportando nutrientes y recogiendo sustancias de desecho. Este líquido tisular sale y entra de los vasos sanguíneos (estamos a nivel capilar, donde de este modo, se realiza un intercambio de sustancias). A su vez, de los vasos sanguíneos sale gran parte de líquido, que no puede volver a entrar debido a la presión que existe dentro del vaso. Ese exceso de líquido es recogido por los vasos linfáticos, que en un momento dado lo vierte de nuevo en el sistema circulatorio.

Por otra parte, el sistema circulatorio humano es cerrado y el líquido circulatorio no se mezcla con el líquido tisular, excepto a nivel de los capilares, cuyas paredes son muy finas y la circulación sanguínea se ralentiza para facilitar el intercambio de sustancias.

El aparato circulatorio tiene la misión de distribuir el líquido circulatorio (sangre) por todo el cuerpo. Esta circulación es necesaria.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente