La Ley de la Gravedad

La Ley de la Gravedad

Isaac Newton comparó la aceleración de la luna con la aceleración de los objetos en la tierra. Creyendo que las fuerzas gravitacionales eran responsables de cada uno, Newton pudo sacar una conclusión importante sobre la dependencia de la gravedad de la distancia. Esta comparación lo llevó a concluir que la fuerza de atracción gravitacional entre la Tierra y otros objetos es inversamente proporcional a la distancia que separa el centro de la tierra del centro del objeto. Pero la distancia no es la única variable que afecta la magnitud de una fuerza gravitacional. Considere la famosa ecuación de Newton.


Newton sabía que la fuerza que causó la aceleración (gravedad) de la manzana debe depender de la masa de la manzana. Y dado que la fuerza que actúa para causar la aceleración hacia abajo de la manzana también causa la aceleración hacia arriba de la tierra (tercera ley de Newton), esa fuerza también debe depender de la masa de la tierra. Entonces, para Newton, la fuerza de gravedad que actúa entre la tierra y cualquier otro objeto es directamente proporcional a la masa de la tierra, directamente proporcional a la masa del objeto e inversamente proporcional al cuadrado de la distancia que separa los centros de la Tierra. la tierra y el objeto.


La tierra es redonda porque las fuerzas gravitacionales la someten a que adopte esa forma. La gravedad tira con igual fuerza de todas las direcciones; por lo tanto cualquier variación de una forma esférica provocará una reacción de las fuerzas gravitacionales para regresar a la forma esférica. En un cuerpo celeste su fuerza de gravedad le da forma esférica se dice que está en equilibrio hidrostático. Las montañas y las simas marinas son en realidad irregularidades muy pequeñas si tenemos en cuenta la escala total de la tierra. La distancia total desde la sima más profunda del océano pacíco hasta la cumbre del monte Everest es menos de 20 km, esto no es nada si lo comparamos con el radio de la tierra, que es de unos 6400 km.


Cuanto más pequeño es un objeto, más rígido se vuelve y su rigidez facilita que soporte mejor las fuerzas de la gravedad oponiéndose esta rigidez a la adopción de una forma totalmente esférica. Por este motivo los dos satélites marcianos (Fobos y deimos) han podido conservar esa forma "oblonga", ya que solo tienen 22 y 12 km. La rotación de nuestro planeta añade efectos centrífugos, que provocan que la Tierra se abulte ligeramente en el ecuador y se achate ligeramente por los polos. Es el mismo efecto de una onda, que después de girar a gran velocidad lanza la piedra debido a la fuerza centrífuga. Debido a estos efectos el radio polar de la Tierra es un 0,34% menor que el ecuatorial. Venus, cuyo "día" es 243 días terrestres, gira tan despacio que la distorsión que sufre es casi inapreciable. Saturno, en el extremo opuesto gira tan rápidamente que el achatamiento.


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