Memoria del comunismo

El último libro de Federico Jiménez Losantos reflexiona sobre el origen, perversidad y desarrollo actual del ideario comunista. El texto, de más de setecientas páginas, provee al lector de una amplísima revisión bibliográfica sobre el mayor desastre de la historia: el comunismo real. Durante todo el texto se hace hincapié en la esencia asesina del comunismo revolucionario soviético y su versión española en los duros años de la Guerra Civil.

Todo para mostrar con tino la naturaleza liberticida –plagada de rasgos leninistas y estalinistas– del ideario que defiende el partido PODEMOS. Para nuestro autor, la organización morada ha sido edificada sobre pilares totalitarios. De llegar al poder, la misma contribuirá a una clara restricción de las libertades individuales y no a su promoción y defensa. En definitiva, se trata de un texto que todo aquel que crea en la Libertad –con mayúsculas– debería leer. Un libro como nos tiene acostumbrado Federico Jiménez Losantos. Sin complejos ni tapujos, escrito en un lenguaje accesible. Directo pero con rigor académico. Emitiendo una opinión contundente contra la doctrina comunista, sin lugar a dudas, la ideología que más seres humanos ha ejecutado a lo largo de la historia.

Durante la primera parte del libro, se habla –y mucho– del pensamiento totalitario y de la vida de Vladimir Illich Ulianov (Lenin). La opinión que Jiménez Losantos ostenta sobre el líder comunista es la que cualquiera con conocimiento debería defender: Lenin fue un revolucionario profesional sin escrúpulos y obsesionado por el poder. Poco le importaban la libertad, la división de poderes o el Estado de Derecho. Sin lugar a dudas, el intelectual soviético y sus compinches conforman la semilla original del totalitarismo. Como sus seguidores después, jugó el juego de tronos sin ningún tipo de limitación moral.

Después de una reflexión ampliamente documentada, el autor abre un espacio de discusión de gran interés sobre el Partido Comunista Francés (PCF) y su rol en la defensa del Partido Comunista de la Unión de Repúblicas Soviéticas (PCUS). El PCF siempre fue una organización orientada a la defensa de la política totalitaria que emanaba desde la Unión Soviética. Protegió sus secretos, escondió como pudo sus crímenes. Desde los inicios y también es algo que Jiménez Losantos documenta adecuadamente, el PCF fue cómplice leal y compañero del naufragio moral al que desembocó sin solución la Rusia controlada por los soviets. Un país que, como indica nuestro autor, se encontraba en el momento del ataque comunista en plena transición a la democracia. Proceso derribado con base en una narrativa falsa y que faltó por completo a lo que sucedió en realidad. En cierto sentido, el texto de Jiménez Losantos –en la línea de grandes historiadores como Richard Pipes– reivindica una redefinición de la historia y de la propia Revolución Rusa. Para nuestro autor, los revolucionarios de Octubre dan un golpe de Estado contra una democracia incipiente resultado de la revolución de Febrero, esa que derribó al zarismo en Rusia. Lenin, Trotsky y Stalin atacaron conscientemente –no creían ni en esa ni en ninguna otra– una democracia en formación con un gobierno socialdemócrata al frente.

Pero esa dinámica que Federico Jiménez Losantos utiliza para explicar al lector el caso ruso, la emplea también como hilo unificador de todo el texto. De gran interés son sus reflexiones sobre España y lo sucedido en la Guerra Civil. La visión del autor, en la línea de lo expuesto hace tiempo por Pío Moa, señala la importancia que tenía el estalinismo en el interior de la República española antes y durante la Guerra Civil. Los comunistas deseaban alcanzar el poder en España, y lo intentaron por todos los medios. Además, el caso español sirvió para edificar una narrativa antifascista que funcionó durante décadas. Son dramáticos los pasajes dedicados a la masacre de Paracuellos, episodio olvidado que debería avergonzar a todos aquellos que defienden las ideas comunistas. Por otro lado y de la mano de todo lo anterior, Federico Jiménez Losantos se reserva un espacio para deliberar sobre Carrillo y su implicación tanto en lo sucedido en Paracuellos como en las checas existentes en la ciudad de Madrid. La reivindicación en este apartado es similar al anterior: No olvidar lo sucedido y proponer una interpretación alternativa sobre lo que tuvo lugar en España. En opinión de nuestro autor, los historiadores han edificado un relato alejado completamente de la realidad con objeto de criticar el franquismo –algo legítimo a todas luces– y justificar a los asesinos estalinistas que por momentos llegaron a campar a sus anchas estableciendo un régimen de terror –algo ilícito y reprochable éticamente–.

La última parte del texto la dedica a los “nuevos” comunistas –si es que así puede llamárseles–. El comunismo es el comunismo. Siempre ha sido igual de totalitario, igual de liberticida e igual de inhumano. Sin embargo, parece evidente que a día hoy líderes como el Che Guevara todavía despiertan interés y disfrutan de prestigio entre los más jóvenes. Nuevamente, sin complejos y con un arsenal de literatura a su vera, Jiménez Losantos presenta la imagen de un guerrillero profesional salvaje, sin escrúpulos. Un fanático liberticida marcado por el odio visceral a todo aquello que suene a Sociedad Abierta y pluralismo. Desde su punto de vista, sorprende –y mucho– que dicho líder siga protagonizando camisetas entre los más jóvenes. Por ello, porque parece que muchos de esos jóvenes que compran la camiseta creyendo en la libertad no conocen la realidad, el autor nos despierta señalando la necesaria obligación de denunciar al criminal y al intransigente Ernesto Guevara.

Sin duda, ya en la parte final del libro se habla, como no podía ser de otra forma, de PODEMOS. El partido más peligroso del sistema político español. La hipótesis de Federico Jiménez Losantos es clara: De llegar al poder, PODEMOS destrozará el régimen constitucional inaugurado en el año 1978. Es un secreto a voces. Y para ello, nos presenta el carácter, de verdad preocupante, del líder de la formación, el politólogo Pablo Iglesias. Una vez más y con un claro compromiso con la información, el autor apela a vídeos –virales y de acceso libre– publicados en internet, a conferencias y discursos de Iglesias; y por supuesto a la anécdota televisiva que le posicionó en el mapa allá por el año 2013.

Parece evidente que Pablo Iglesias y la organización podemita representan un peligro para la estructura de derechos y libertades de todos y cada uno de los españoles. No es nada nuevo… Los discursos –a veces incendiarios– de la élite de la organización evidencian un odio difícilmente justificable al sistema democrático español. Por ello, porque no creen en la libertad individual ni en la democracia liberal, debemos denunciar la deriva liberticida de este partido populista de izquierdas. Lo único que saben hacer, al igual que sus ancestros, es capitalizar descontento y polarizar la sociedad con ánimo de quebrarla y salir ganando –obteniendo poder– con la jugada. Las consecuencias de un gobierno dirigido por los mandos de PODEMOS podrían ser desastrosas para toda la sociedad. Ahí está la herencia del denominado Socialismo del Siglo XXI, movimiento que ha inspirado a líderes de esta organización como Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón o el propio Pablo Iglesias. El caso venezolano es el más dramático, pero países como Nicaragua o como Bolivia no están demasiado lejos de convertirse en dictaduras de la talla venezolana.

El autor dedica la última parte del texto a reflexionar sobre la magnífica obra del economista austriaco Ludwig von Mises y sobre el legado del intelectual del Siglo de Oro Juan de Mariana. La contribución del intelectual español a las ideas de la libertad está fuera de toda duda. El lector puede pensar que dicho capítulo poco tiene que ver con el espíritu general del texto. Sin embargo, la decisión del autor de introducir este capítulo es acertada. Y lo es porque muchas veces, en esta España nuestra, se piensa que el liberalismo es una corriente de pensamiento impuesta por extranjeros y ajena a nuestra cultura. Y lo que sucede, como Jiménez Losantos y otros demuestran, es que la libertad siempre ha formado parte del ADN español. Juan de Mariana, los intelectuales que le precedieron (Francisco de Vitoria, Domingo de Soto) y los que le sucedieron (Juan de Lugo, Leonardo Lessio, etc.) dieron forma al liberalismo moderno tal y como lo conocemos, y no debemos olvidarlo.

Son muchos los autores que posteriormente recuperaron el pensamiento de los clásicos españoles en el siglo XX. En el texto se habla de las contribuciones de Marjorie Grice Hutchinson –la discípula de Friedrich von Hayek– o del gran José Larraz y su obra maestra La época del Mercantilismo en Castilla. Jiménez Losantos echa de menos esta tradición en los programas educativos españoles en la actualidad. No es justo que haya caído en el olvido, pues sin duda sería una gran herramienta a día de hoy para enfrentar las ideas colectivistas y liberticidas que defienden aquellos que no creen en la Sociedad Abierta.

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