El Tai Chi a menudo se describe como "meditación en movimiento", pero bien podría llamarse " medicamento en movimiento". Cada vez hay más pruebas de que esta práctica mente-cuerpo, que se originó en China como un arte marcial, tiene valor para tratar o prevenir muchos problemas de salud. Y puede comenzar incluso si no está en la mejor forma o con la mejor salud.
En este ejercicio de cámara lenta de bajo impacto, pasa sin hacer una pausa a través de una serie de movimientos llamados acciones animales, por ejemplo, "la grulla blanca extiende sus alas", o movimientos de artes marciales, como "encajonar ambas orejas". A medida que te mueves, respiras profunda y naturalmente, enfocando tu atención, como en algunos tipos de meditación, en tus sensaciones corporales. El Tai Chi difiere de otros tipos de ejercicio en varios aspectos. Los movimientos son generalmente circulares y nunca forzados, los músculos están relajados en lugar de tensados, las articulaciones no están completamente extendidas o dobladas, y los tejidos conectivos no están estirados. El Tai Chi se puede adaptar fácilmente para cualquier persona, desde los más aptos hasta las personas limitadas a sillas de ruedas o que se recuperan de una cirugía.
Una clase de tai chi practica una forma corta en el Centro de Tai Chi Tree of Life en Watertown, Massachusetts. Un creciente cuerpo de investigaciones cuidadosamente realizadas está creando un argumento convincente para el tai chi como complemento del tratamiento médico estándar para la prevención y rehabilitación de muchas afecciones comúnmente asociadas con la edad. Una terapia complementaria es aquella que se usa junto con tratamientos médicos primarios, ya sea para tratar una enfermedad en sí misma o sus síntomas primarios, o, en general, para mejorar el funcionamiento y la calidad de vida de un paciente.