Los Jefes y otros Cuentos

Los Jefes y otros Cuentos

Los Jefes  es conjunto de relatos escritos entre 1953 y 1957 por un joven Vargas Llosa, y publicados en 1959 a los 23 años. Es un volumen que  consta de seis cuentos, de los cua­les, el primero da el título al libro.


El cuento titulado «Los jefes» es el más largo: veintinueve páginas. En longitud menor, continúan en este orden: «Día domingo», 28 pá­ginas; «El hermano menor», 19; «El desafío», 18; «Un visitante», 13; y «El abuelo», 10. Los cuentos «Los jefes» y «El desafío» están escritos en primera persona (con narrador autodiegético el primero y homodiegético el segundo); los demás, en tercera, (narrador heterodiegético). Los Jefes, es el primer cuento publicado por el escritor peruano Mario Vargas Llosa. Apareció en la revista Mercurio Peruano en febrero de 1957 y luego, en 1959 encabezó su colección de cuentos. La historia que cuenta está basada en una experiencia real y personal del autor, derivada de sus tiempos como estudiante de educación media.


Es a esta misma ciudad a la que llega Vargas Llosa,   siendo niño,  ya que al iniciarse el gobierno del presidente José Luis Bustamante y Rivero en 1945, su abuelo (que era pariente del presidente) obtuvo el cargo de prefecto del departamento de Piura, por lo que la familia entera regresó al Perú, desde la ciudad boliviana de Cochabamba. Los tíos de Mario se establecieron en Lima, mientras que Mario y su madre siguieron al abuelo a la ciudad de Piura. Allí Mario continuó sus estudios de primaria en el Colegio Salesiano Don Bosco, cursando el quinto grado. La tensión se quebró violentamente, como una explosión. Todos estábamos parados: el doctor Abásalo tenía la boca abierta. Enrojecía, apretando los puños. Cuando, recobrándose, levantaba una mano y parecía a punto de lanzar un sermón, el pito sonó de verdad. Salimos corriendo con estrépito, enloquecidos, azuzados por el graznido de cuervo de Amaya, que avanzaba volteando carpetas.


El patio estaba sacudido por los gritos. Los de cuarto y tercero habían salido antes, formaban un gran círculo que se mecía bajo el polvo. Casi con nosotros, entraron los de primero y segundo; traían nuevas frases agresivas, más odio. El círculo creció. La indignación era unánime en la Media. (La Primaria tenía un patio pequeño, de mosaicos azules, en el ala opuesta del colegio.)


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