Los Diablos de la Virgen

El Museo de Sitio Túcume y la Unidad Ejecutora 005 del Proyecto Especial Naylamp del Ministerio de Cultura, ponen en manos del lector interesado un breve estudio de la Danza de Diablicos de Túcume, personajes de origen español, que se arraigaron en territorios norteños del Perú y de modo especial en la localidad de Túcume. Este escenario es particularmente importante considerando haber sido el núcleo urbano de élite más notable de esta región, por lo menos 500 años antes de la llegada de los españoles. Precisamente, las pirámides de Túcume alrededor de Cerro Purgatorio, constituyeron un espacio religioso que tuvo como eje al Cerro Purgatorio, montaña sagrada cuya importancia aún se mantiene para la población actual. 

La Danza de Diablicos de Túcume, acompaña hoy a la Virgen de la Purísima Concepción y otros santos, cruces y vírgenes cuyo culto se desarrolla en los diferentes caseríos del distrito. 

Como se sostiene en el texto, esta danza acompañaba especialmente, en sus orígenes, a la fiesta del Corpus Christi, tradición que hoy se ha perdido. Sin embargo, pervive aun en los días de fiesta, la representación de la Danza de los Siete Vicios, teniendo como parte culminante, la lucha con espada entre el Ángel y el Diablo Capataz, que culmina con el triunfo del bien. Al final de esta representación, los demonios se liberan de sus caretas y se postran a los pies de la Virgen, redimidos. 

Si bien esta danza es uno de los aportes de Europa a la religiosidad popular en esta parte del Perú, el autor esboza una propuesta novedosa e interesante que le permite reconocer diversas expresiones de la religiosidad prehispánica que aún permanece con mucha fuerza entre la población campesina actual y se expresa, entre otros contextos, en la principal celebración religiosa que tiene la comunidad. Los argumentos que se plantean son bastante convincentes y nos abren la posibilidad real de estar frente a una especial celebración en la que se expresan elementos ideológicos propios, que son una parte cristianos y otra parte prehispánicos. Tal como sucede en muchas otras comunidades andinas en nuestro continente. Sin embargo, no hay otra danza de diablos en el Perú, que incluya la tradicional danza de los siete vicios, haciéndola así, expresión única del patrimonio inmaterial peruano. Por esta razón el Ministerio de Cultura del Perú la reconoce como patrimonio cultural de la nación desde el 18 de junio del 2012 a consecuencia de las gestiones del Museo Túcume y las autoridades locales. 

Estamos seguros que este trabajo consolida el aporte de nuestro museo a la cultura local, en una comunidad, cada vez más orgullosa de su cultura ancestral, aquella que se heredó de los tiempos previos a la conquista española y aquella que llegó luego y se estableció para siempre. Así, los Diablicos de Túcume son los Pizarro, los Santamaría, los Bravo, los Carrillo,  al lado de los Llontop,  Chicoma, Inoñán, Chapoñán, Chozo, Siesquén, como expresión de ambas vertientes. 

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